México inmerso en pleitos políticos, nulo crecimiento económico, incompetencia y leyes controvertidas

Por: Bernardo S. Cisneros Medina

En tanto que Andrés Manuel López Obrador vive “ocupado” en aprehender y encarcelar a Emilio Loyoza Austin, ex -director de Petróleos Mexicanos a quien acusa del saqueo de la paraestatal durante el sexenio de Enrique Peña Nieto (2012-2018), así como a Rosario Robles Berlanga, a quien el gobierno de la 4ta Transformación señala de ser la autora de la “Estafa Maestra” en la administración peña-nietista.

Aunque López Obrador insiste que no busca revanchas, ni ir hacer leña del árbol caído, que su gobierno es de puro amor y paz, en los últimos días, el político tabasqueño desenvainó la espada y a través del Fiscal General de la República, Alejandro Gertz Manero, de quien dice que es autónomo, (¿ustedes le creen?, emprendió una cacería en contra de Lozaoya Austin, a quien a toda costa intenta poner tras las rejas a cualquier precio para dar una lectura al interior y exterior del país de la lucha contra la corrupción en México va en serio ¿será?

No conforme saciar su sed de venganza política, el jerarca del Movimiento de Regeneración Nacional (Morena) desde Palacio Nacional, convertido en su residencia oficial, también enfocó sus baterías en contra de Rosario Robles Berlanga, la ex -Jefa de Gobierno del desaparecido Distrito Federal con quien trae un pleitazo a muerte que data de algunos ayeres, motivo por el cual sin respetar la presunción de inocencia, ni el debido proceso como lo marca el Código Nacional de Procedimientos Penales, nuevamente utilizando a la FGR, lanzó un comunicado para informar que le solicitan a un Juez de Control Federal que vincule a proceso a Robles Berlanga quien en el gobierno de Peña Nieto ocupó las secretaría de Desarrollo Social y Desarrollo Agrario, Territorial y Urbano, de ser la autora de la Estafa Maestra.

Mientras que AMLO insiste en pegarle a su antecesor a través de sus más cercanos ex –colaboradores, el crecimiento económico en el naciente gobierno lópezobradorista no crece lo esperado al grado tal de estar al borde la recesión económica, derivada de la incierta política que en materia económica que prevalece desde el 1° de diciembre de 2018, que deriva en la total desconfianza de los inversionistas nacionales y extranjeros que al no ver seguros sus capitales en México gobernado por un Movimiento que proviene de la izquierda.

Política económica incierta que provocó severos roces entre Carlos Urzúa Macías, primer Secretario de Hacienda y Crédito Público, quien dimitió al cargo por no estar de acuerdo en cómo se elaboró el Plan Nacional de Desarrollo al cual AMLO cuestionó y con el ahora titular de la citada dependencia federal, Arturo Herrera quien reconoció que México no está en recesión económica, pero tampoco el crecimiento llegó ni siquiera al 1.0 %, pues apenas superó la barrera del 0.1%.

Inconforme con el informe que en materia de crecimiento económico que arrojó el estudio que hizo el Instituto Nacional de Geografía e Informática (Inegi), Andrés Manuel López Obrador externó su molestia, pero alardeo a los cuatro vientos que sí hubo crecimiento económico y que los analistas económicos se equivocaron en sus pronósticos e incluso contradijo a su actual Secretario de Hacienda y Crédito Público, Arturo Herrera, ¿otra vez?

En pocas palabras, no hay recesión, pero sí estancamiento económico en México, pero AMLO recalca que vamos requeté bien y estamos de buenas, ahora sí que con esta frase me acordé del ex –Alcalde de Tijuana, Jorge Hank Rhon, quien suele decir que “está bien y de buenas”, gracias a Dios que no estamos peor y de malas.

Bien dice el refrán popular de los malos el menor o de lo perdido lo rescatado en materia económica.

Si materia económica México está reprobado o más bien el gobierno lópezobradorista está reprobado, en seguridad pública no canta tan mal las rancheras en virtud de que el incompetente Secretario de Seguridad y Protección Ciudadana, Alfonso Durazo Montaño, quien a los cuatro vientos ha pregonado que en la mitad del actual sexenio los mexicanos gozaremos de la paz y la tranquilidad, por ahora ocurre todo lo contrario toda vez que el control de la “seguridad” lo tienen quienes forman parte del llamado crimen organizado, pues no hay hora, día, tarde y noche en que los ataques armados se susciten en cualquier parte del país sin importar si éstos son en lugares privados o públicos.

Mientras que Montaño Durazo no da pie con bola, no ha encontrado ni con la Guardia Nacional el antídoto efectivo, ni la estrategia adecuada para pacificar a un país que ya arde en llamadas en casi ocho meses del nuevo gobierno federal, cuyas muertes violentas van a la alza más que ni la paridad del peso frente al dólar, derivado a además de la impunidad que existe en México pues al ver los delincuentes que no reciben el castigo merecido, han sentado sus reales e inclusive se dan el lujo de agredir a las fuerzas de orden público con piedras, palos y hasta con balas.

Vaya que a Alfonso Durazo Monaño en materia de seguridad le queda grande la yegua, y eso que no es la primera vez que el Secretario de Seguridad y Protección Ciudadana ocupa un cargo en las altas esferas del gobierno federal, de hecho, fue secretario particular del extinto político sonorense Luis Donaldo Colosio Murrieta, de quien el arribista Durazo Montaño no le aprendió nada.  

No hay más que esperar que esperar que AMLO en materia de seguridad dé un giro de 180° y destituya al incompetente Durazo Montaño, porque de lo contrario el panorama en materia de seguridad pública en México será peor cada día.

Para rematar, el ataque a las instituciones y al estado de Derecho con la Cuatro T, está a la orden del día, en virtud de que en Baja California, el 8 de julio 21 desleales y mezquinos diputados de la XXII Legislatura local, aprobaron sin rubor y sin recato la repudiada Ley Bonilla y en Tabasco, los legisladores tabasqueños no se quisieron quedar atrás y a finales de julio aprobaron la nada menos controvertida e igualmente rechazada Ley del Garrote, que atenta contra la libre manifestación de las ideas y que entró en vigor este jueves 1° de agosto, “leyes” que se combatirán en la Suprema Corte de Justicia de la Nación, el máximo tribunal en México.

Bien dijo AMLO, cuando se erigió en el 2006 como presidente legítimo de México, “al diablo con las instituciones”.

El autor de esta columna es licenciado en Derecho egresado de la Universidad de Tijuana CUT, Campus Altamira, ejerce el periodismo desde hace 35 años y es director del portal de internet www.ensenadaladadeportivabaja.net