En agosto del 2007, se registró la primera explosión en la zona centro por acumulación de gas, apenas en febrero del año anterior, en una casa de apuestas de la avenida Revolución, también se tuvo un incidente; es decir, la red subterránea de gas está obsoleta y debe ser renovada antes que ocurra una tragedia.
Con ese antecedente, por supuesto que la explosión por el desperfecto de tubería de gas afuera de un hotel de la Zona Norte enciende las alertas, es una muestra de lo que puede suceder en el centro de la ciudad.
No somos catastróficos, pero es momento que se haga una revisión de las tuberías de gas en el Centro de Tijuana (incluye Zona Norte), en La Cacho, Zona Río y Cumbres de Juárez, porque no es posible que Protección Civil Municipal no tenga el equipo para ese monitoreo, solo “actúa” cuando hay reporte ciudadano de olor a gas.
Dos técnicos en instalaciones de tuberías de gas y un prestigiado ingeniero indicaron a AJEDREZ POLÍTICO que es prioritario revisar ya las redes de gas en la ciudad.
“Es un hecho que las compañías de gas no hacen las reparaciones preventivas a las tuberías, sólo reparan cuando hay fuga; ejemplo Zeta Gas”, dijo el ingeniero consultado.
Indicó que actualmente existe un programa de Riesgos y Protección Civil lo solicita cada 2 años a las empresas para la actualización de licencias de operación, un estudios de riesgos como son estructurales y gas, etc., la pregunta es ¿se cumple?.
Para nadie es ajeno pensar la relación que debe existir entre la Dirección de Protección Civil y la Dirección de Bomberos con las compañías de gas, para que realicen la supervisión permanente de tuberías y cuarterías que son muy comunes en dicha zona de la ciudad, en donde, por cierto, ya con antelación se han registrado este tipo de accidentes con resultados mortales.
Manifestaron que lo que resulta inexplicable es entender ¿por qué no existen documentos que acrediten los permisos y la aprobación de operación de gaseras o compañías que deben garantizar la seguridad en sus usuarios?.
Tampoco existe con claridad de qué manera las cuarterías obtienen permisos tan fácilmente, por lo que no hay que descartar que en los primeros años de esta administración, la Dirección de Bomberos tuvo diversos cambios en su organización, por lo que algunos sospechaban de corrupción en las verificaciones e inspecciones que realizaban, al grado de suponer la confabulación con algunos empresarios que encendieron el fuego en algunas propiedades que hoy crecen como edificios verticales.
El riesgo en las nuevas edificaciones es latente por la falta de equipo necesario en la Dirección de Bomberos, lo que hacen los desarrolladores de edificios para proteger su inversión es instalar equipos contra incendios y dispositivos de monitoreo, pero no hay personal especializado que lo sepa manejar.
En el caso de la explicación de la Zona Norte, es importante precisar que el día ocho de mayo del presente año a las cinco de la tarde, y el viernes 9 a las siete de la mañana, se reportó a bomberos el olor a gas, acudiendo las unidades 45 y 49 al mando del subjefe Ángel, quien pidió a la compañía de Gas que acudiera a realizar la revisión, y fueron y aseguraron no había nada.
El reporte del incidente es el número 646890; cuatro días después, vino la explosión y dos personas heridas. ¿Por qué esperar a que suceda algo como lo ocurrido en 1984 en San Juan Ixhuatepec (San Juanico), donde explotaron contenedores de gas LP que provocaron decenas de muertos y miles de heridos?