Los ricos también marchan (nuevamente) o la misma gata revolcada de Fox.
Los gritos a voz viva se escuchan estridentes, queriendo, deseando imponer sus deseos, sus pretensiones, sus ínfulas de que las pueden todas, anhelan tener el micrófono, en suma, querer mandar.
Es la voz desesperada de quien nadie hace caso, la voz de quien en sus momentos bastaba un chasquido de dedos para que todos y todas le rindieran reverencia y sus avideces se cumplieran, para que el verbo se hiciera concreto, obra pública, marmaja, dinero, peculio, efectivo, bonos al portador, ganancia, lucro o dividendo para sus bolsillos.
Hoy han sido desplazados, destetados, apartados: gritan, patalean, profieren improperios, dan rebatinga, ludibrios, rebatiña, con argumentos vanos, pueriles; azuzando, escamoteando, gimoteando, lagrimeando, llorando, berreando, por las ganancias y negocios que, prestos, se le han ido de las manos.
Es la voz del empresario lúdico, impúdico, que profiere al primer ejecutivo, constitucionalmente electo, “compórtate como presidente”. Como un presidente corrupto, corrompido y corruptor, transa, pútrido, inmundo, ilícito, hauchicolero, estercolero, lisonjero y embustero, mentiroso y vividor.
“Compórtate como presidente” es el aullido para retornar al pasado, a la estela de opacidad y negligencia, de rapacidad e indolencia. Es el bramido de quien sufre al no incrementar sus ganancias frutos del tráfico de influencias, del nepotismo, del compadrazgo y de la parcialidad.
“Compórtate como presidente” es decirle a quien avanza a paso cansado, —a paso de ganso, intentar transformar un país desfigurado, sumergido, rociado y vapuleado por propios y extraños—, renunciar a sus firmes intenciones de sacar a una nación del atraso y del olvido.
“Compórtate como presidente” es el alarido de quien perdió las conexiones, los favores, el entreguismo y el amiguismo como detonante en un país aletargado, ensimismado, enajenado por tanta corrupción.
“Compórtate como presidente” lo expresa el funcionario público, policía o servidor público que sabe que las cosas han cambiado, lentas, y que “en menos de que cante un ganso” puede ser destituido, desmentido, a través de la ferocidad y voracidad de las redes sociales que todo lo evidencian, todo lo documentan, todo lo cuentan.
“Compórtate como presidente” lo berrean los medios que se vieron beneficiadas por tantos recursos destinados a celebrar la banalidad y vanidad de los gobernantes en turno, y que hoy, los recursos por publicidad oficial le llegan a cuenta gota, sabedores de que sus acciones en la Bolsa de Valores, van con tendencia a la baja.
“Compórtate como presidente” para reprimir a quienes protestan, por lo bueno o por lo malo, por lo que haces en beneficio de los menos favorecidos y en perjuicio de quienes se llevaban raudales de ganancias en sus impúdicos negocios.
“Compórtate como presidente” como aquél que pretendió —bajo argucias políticas, de 1988 a 1994— sacar del subdesarrollo al país despojando a la patria de sus bienes, de los desperdicios que cuidaba como riquezas, de lo poco que puede poseer el pobre que vive al amparo de la providencia divina, del “Sí Dios quiere”.
“Compórtate como presidente” es decir, firmar ante notario 266 compromisos, y seis meses antes de terminar su sexenio, haber cumplido apenas el 40 por ciento de dichos adeudos. “Te lo firmo y te lo cumplo” sólo fue una muestra de cómo se comporta un presidente.
“Compórtate como presidente” es decir, matar los sueños y esperanzas de miles de estudiantes de educación media superior que ven en las becas del bienestar un placebo a sus múltiples carencias: zapatos, alimentación, útiles escolares, libros, una computadora o un celular de bajo costo, transporte y, en los menos avezados, unas caguamas o botellas de licor, un “table”, y en el peor de los casos, estupefacientes.
“Compórtate como presidente” es indicar, claudica en tus pretensiones necias e insípidas de retroalimentar y rescatar al campo, sin intermediarios que se quedan con todo, y no hacer transparente los recursos públicos que nunca llegaron al beneficiario.
“Compórtate como presidente” es entregar la obra pública a empresarios rapaces que nunca concluyen hospitales, autopistas, carreteras o caminos vecinales, es no dotar de medicamentos a clínicas y hospitales, es despacharse con sueldos estratosféricos a costa del INFONAVIT o cualquier otra dependencia pública, es acrecentar el sueldo del todopoderoso secretario de la SCT que trafica con todo lo que tenga a mano.
“Compórtate como presidente” es no hacer partícipe a las comunidades ser gestora de su propio desarrollo, de responsabilizarse en la construcción de la obra pública, es no dejar que el dinero circule en las propias comunidades en lugar de verlos volar, presuroso, a paraísos fiscales.
“Compórtate como presidente”, es poner en práctica los consejos de Maquiavelo y Hobbes, en lugar de Tomás Moro o Daniel.
“Compórtate como presidente” porque queremos vivir en el hartazgo de unos cuantos y la precariedad de muchos, es ver sumergido a esta patria en la desesperanza y el fraude, la corrupción y la necedad de quien todo lo tiene y necesitan del poder para seguir usufructuando —mamando de la ubre— de la Res Pública.
“Compórtate como presidente” es presidir la infinita pista de aterrizaje de miles de aviadores en el sector público, de quienes cobran sin trabajar, en el SAT, en la SA, de los maestros fantasmas de la SEP, de los niños fantasmas en las guarderías de Calderón, en Turismo, y otros sectores con pistas 08, 18, 10L o 10R, dependiendo del sector involucrado.
A manera de colofón: ¿Quién pagará por los lloriqueos de los burócratas del ayuntamiento de Coatzacoalcos que colapsaron las actividades civiles, mercantiles y administrativas de la ciudad en su afán de hacer exigible el pago del quinquenio al gobierno municipal?