¡¡¡Un golpe artero y cobarde le dieron a nuestra maltrecha democracia veintiún diputados locales!!!, al votar la noche del lunes 8 de julio, para que Jaime Bonilla Valdez, sea Gobernador del Estado de Baja California cinco y no de dos años como lo establecía el artículo 8vo transitorio de la Constitución Política del Estado Libre y Soberano de Baja California, cuyo decreto número 112, fue publicado en el periódico Oficial del Gobierno del Estado de Baja California, el 11 de septiembre del 2014, violando además de manera flagrante la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos.
A sabiendas los legisladores panistas que viven sus últimos días, luego de la estrepitosa derrota electoral que el Partido Acción Nacional sufrió en las urnas el domingo dos de junio y que acabó con la hegemonía de 30 años de gobiernos estatales emanados del referido organismo político, al ser electo con menos del 30% de votantes que estaban inscritos en el listado nominal, tentados por una buena suma de dinero que les ofrecieron los mensajeros de Bonilla Valdez, nueve de los doce congresistas albiazules cayeron en la tentación y unieron fuerzas con los tres diputados de Morena, uno del PRD, una del PT, cinco del PRI y uno de Transformemos.
Sin rubor alguno, ni una pisca de vergüenza los veintiún legisladores bajacalifornianos se armaron de “valor”, en voto “secreto” y directo cuya papeleta depositaron en la urna transparente, que de transparente no tuvo nada, para de golpe y porrazo darle un manotazo a la democracia, jugar con los sentimientos de quienes el domingo dos de junio, emitimos nuestro sufragio con la finalidad de elegir a quien sería el próximo gobernador por dos años, tal y como lo establecía el artículos 8vo transitorio de la Constitución Política del Estado Libre y Soberano de Baja California, reglas del juego que nunca aceptó Jaime Bonilla Valdez, quien en al menos en cuatro ocasiones bajo “argucias legales” y no legales mediante sus personeros, intentó violar lo estipulado ya no digamos en la Ley Electoral de Baja California, sino violentar la Constitución Política del Estado Libre y Soberano de Baja California e inclusive nuestra de por sí vilipendiada Carta Magna.
Pero en todos sus mezquinos intentos de jugar chueco, Bonilla Valdez, fue derrotado en las instancias legales correspondientes, más no conforme con los resultados adversos el ahora Gobernador Electo de Baja California volvió con más fuerza a la carga en su afán de gobernar el también llamado Estado 29, por cinco años y no dos como lo marcaban las reglas, a tal grado que veintiún desleales, deshonestos e inmorales diputados locales, dieron la estocada mortal a la democracia, aprovechando la buena fe de quienes ingenuamente todavía creemos que nuestro voto del dos junio sería respetado.
Más como decía el popular Chapulín Colorado no contábamos con la astucia de quienes hasta el 31 de julio todavía nos representarán, porque aprovecharon las sombras de la noche para darle la estocada final a la democracia, para burlarse de los bajacalifornianos unos por nacimiento y otros por adopción, que hicimos valer nuestro derecho de acudir a sufragar y depositar la boleta en la urna transparente que incluía la leyenda de gobernador, ante la fija mirada de quienes como ciudadanos comprometidos formaron parte de las mesas directivas en todas y cada una de las casillas instaladas en los cinco municipios de Baja California, funcionarios que también fueron víctimas de la burda maniobra antidemocrática de quienes como diputados locales con licencia buscaban cínicamente reelegirse el domingo dos de junio, ciudadanos valientes que sacrificaron su sagrado domingo familiar para atender sin recibir nada cumpliendo cabalmente con su nombramiento de presidentes, secretarios, vocales y escrutadores.
Ante la cobarde acción y burla de los veintiún diputados locales, cuyos nombres ni caso tiene incluir en esta columna por dos razones; para no darles la inmerecida publicidad gratis y por falta de espacio, como ciudadanos agraviados exigimos que esos desleales, deshonestos y mezquinos legisladores sean expulsados de sus respectivos partidos políticos, que sean mandados a la horca en juicio sumario, porque no tiene caso quemarlos en leña verde, debido a que se gasta mucha leña y contaminamos el ambiente, pero sobre todo, que nunca más les demos nuestro voto de confianza, además tenemos que unirnos a quienes habrán de interponer la Acción de Inconstitucionalidad en la Suprema Corte de Justicia de la Nación, para de esa forma hacer que legalmente que se respete nuestra voluntad expresada en las urnas del domingo dos junio.
Es triste ver que la “democracia” en México y ahora en Baja California, tiene un precio, sin importarles a quienes nos representan y en quienes mediante el voto secreto les otorgamos la confianza, sin rubor y sin recato nos traicionaron, con la seguridad de que encontrarán cobijo en gobierno de la Cuarta Deformación ante el temor de quedarse “sin trabajo” pues están muy acostumbrados a mamar del presupuesto desde hace casi tres décadas. Anoche esos tristemente célebres 21 diputados locales traidores y mezquinos, olvidaron que cuando tomaron posesión de sus respectivos cargos juraron y perjuraron respetar la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, la Constitución Política del Estado Libre y Soberano de Baja California, las leyes y reglamentos que de ambas emanen.
Cierro mi columna de esta semana con un popular refrán, que les queda como anillo al dedo a los veintiún congresistas que optaron por ser cómplices de la ilegalidad, “entre más conozco a los hombres, más quiero a mi perro (Rufflitos)”.
El autor de esta columna es periodista desde hace 35 años, es director del portal de internet www.ensaladadeportivabaja.net y Licenciado en Derecho egresado de la Universidad de Tijuana CUT, Campus Altamira.