Una noche a principios de 2019, la artista callejera Alessia Babrow pegó en un puente cerca del Vaticano una imagen estilizada de Cristo que había hecho. Un año más tarde, descubrió con desconcierto que el Vaticano parecía haber utilizado una reproducción de su obra como su sello de Pascua de 2020. La imagen muestra sobre el pecho de Cristo un corazón con mensaje, característico de la obra de la artista.
Babrow demandó el mes pasado a la oficina de telecomunicaciones del Estado Vaticano en una corte de Roma, alegando que se estaba lucrando de forma ilegítima de su creatividad e incumplía la intención original de su obra.
La demanda, que reclama casi 130 mil euros (poco más de 3 millones 165 mil pesos) como indemnización, sostiene que el Vaticano nunca dio una respuesta oficial a los intentos de Babrow de negociar un acuerdo cuando descubrió que se había empleado su obra sin su consentimiento y después supuestamente se había vendido.